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viernes, 27 de febrero de 2015

Katia Landauro (Entrevista y obra)







Desde muy joven, su pasión por la pintura la llevó a estudiar en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes del Perú y crear obras maestras muy bien aceptadas por la crítica nacional. El día de hoy, Katia nos abre la puerta de su maravilloso mundo de paisajes caóticos, simbolismos y una visión muy particular de la vida del hombre moderno.


En los inicios de tu carrera como artista plástica, ¿Qué corriente o artista en específico fue el que influencio en tu estilo al pintar?

En realidad, el tipo de pintura que yo hago no llega a ser totalmente abstracta ni totalmente figurativa. Cuando salí de la escuela e inicie mi vida profesional, yo realizaba pintura bien abstracta. No puedo decir que tal pintor influyó en mi o tal otro, pero hubo una serie de factores que lo hicieron. Por ejemplo, a mi me gusta mucho el trabajo de Tilsa Tsuchiya, pues sus paisajes tienen una tendencia oriental. Sin embargo, no solamente observo a uno o dos pintores. También me gustan los efectos de las texturas y efectos visuales de Antonio Maro, un pintor peruano que vive en Alemania. Para mi pintar es como experimentar; a raíz de eso empecé a realizar un tipo de pintura que trabajaba texturas y paisajes. Así que en sí fueron básicamente estos factores, los cuales influyeron en el tipo de pintura que hago.


¿Te consideras a ti misma y a tu obra como clásica o vanguardista? ¿Cómo las describirías?
Tiende a la vanguardia, porque es una expresión moderna. Es un paisaje que no es paisaje y la mayor parte del trabajo es imaginario. Además contiene figuras reconocibles que pueden ser identificadas fácilmente.

¿Cuándo pintas piensas en el espectador?
Generalmente no. El pintor profesional pinta para decir algo y no necesariamente lo va a decir explícitamente. La facultad que tiene la pintura abstracta es dar tal cantidad de mensajes como tantos espectadores hay. Vas al museo y ves una pintura de (Mark) Rothko o cualquier otro pintor y vas a sentir algo sin mirar el título; vas a ver cosas que el pintor no quiso decir. Incluso el artista se sorprende cuando escucha lo que interpreta cada uno de los espectadores. Generalmente, no piensa en si va a gustar o no; piensa en dar un mensaje. Si el mensaje es bien recibido e identificado, entonces ya está lograda la comunicación.

En tus diferentes obras se puede apreciar el uso de colores muy vivos, ¿Cuál es la importancia de este elemento en la composición de tu obra en tus obras?
Es un elemento importante. Hay colores fríos, cálidos, neutros, y dentro de esa gama se puede decir que uno puede expresar un mensaje. Para mí, construye la atmósfera en mis obras para luego poder transmitir un mensaje.

En tus cuadros utilizas una técnica mixta, ¿Qué tan importante es en relación con lo que deseas trasmitir al espectador y el tema de tus obras?
Lo que pasa es que como trabajo paisajes, trato de tomar elementos del mismo, como la arena, la madera y doy la sensación de rocas, pero son rocas en telas texturadas. Realizo un trabajo en un lienzo aparte para crearlas. Utilizo piedras de  colores y telas para dar una sensación bien rustica y natural. Cuando esta bien armado, lo recorto, le doy forma de piedra y luego lo pego, es decir, hago como un collage. Por otro lado, también trabajo con enchapes de madera para dar textura a troncos de árboles que dibujo en mis cuadros.
Para mí, el paisaje es como un pretexto para decir cosas. Por ejemplo, en la última individual que hice en Lima, llamada “Hasta casi el olvido” en el año 2006, estaba dando un mensaje que se basada en que habían cosas que por el avance de la tecnología estaban perdido vigencia. Es decir, antes tú mandabas una carta, le ponías una estampilla, ibas al correo postal y demoraba unas semanas para llegar al destinatario. Ahora tú abres el correo electrónico y de inmediato recibes los mensajes. Entonces, ¿Qué pasó? Todo es muy rápido e instantáneo. Y, sobretodo, se ha perdió el calor y el sentimiento del trato humano. Otro ejemplo es el rollo de foto (negativo) que casi ya no existe, y más bien ahora está la foto digital.
Entonces en mis cuadros están aquellos rollos de fotos, estampillas, cosas que han perdido vigencia y que a mi me dan mucha pena, tal como pasa con las canicas. ¡Ahora que niño juega con ellas! más están al tanto del celular e iPod, lo cual ha hecho que se vuelvan torpes, porque pierden un mayor desarrollo de la motricidad fina. El avance tecnológico es algo maravilloso, pero para los negocios. En la parte humana se está perdiendo mucho.

Por ello, esos elementos perdidos son los cuales deseo representar, aquellos que en algún tiempo fueron parte importante de la vida de una persona y que ahora, con el transcurso de los años, han dejado de lado.
 




Tus cuadros se caracterizan por trazos fuertes, líneas y planos que generan cierta tensión, que le da cierto dramatismo a tu obra, como en la colección “Soledad y piedra” ¿Cuál es la razón principal por la cual trabajas bajo este estilo?

Depende del mensaje. Cuando uno hace una exposición es como cuando un escritor va a escribir un libro. Es decir, la novela tiene personajes, un mensaje y un argumento; en la pintura es así. El artista en su exposición también tiene que transmitir algo. En el caso de los paisajes que han visto, son diferentes a lo largo de mis ocho individuales, pues he querido plasmar historias diferentes.


PERSONAJE DE SU OBRA
En palabras de José Antonio Galloso, “Con esta nueva muestra, su séptima individual, el discurso personalísimo de Katia abre nuevas puertas ante el espectador, ante la vida”. Entonces, ¿Cómo es que la catarsis encaja en tu obra, sobretodo en la colección “Hasta casi el olvido”?
Siempre uno como artista tiene una especie de “culminación” al terminar una exposición y, al mismo tiempo, tiene que dar un mensaje. Cuando uno ha terminado una serie de cuadros es como si uno se hubiera vaciado y hubiera dicho todas las cosas que necesitaba decir. Tiene que ver con la parte racional, es decir, la voluntad de hacer el cuadro; y la parte emotiva, por el hecho de que uno tiene la idea de como será un cuadro y este termina siendo otra cosa. En mi caso no puedo decir que lo planeo y me sale exactamente igual al final; nunca me pasa (risas). Pero bueno siempre varia al ser un proceso emotivo, e incluso a veces siento que me falta algo, a pesar de que la gente me dice que no. Me invade un poco el perfeccionismo.

¿Cuál es tu opinión acerca de que tu obra refleja una perspectiva de vida interesante y endógena? ¿Te consideras personaje principal de tu obra?
La verdad es que no me he puesto a pensar en ello. Cuando trabajo, como te estaba diciendo, pienso en decir algo, transmitir una historia y un mensaje. En el lienzo me enfoco en plasmar esta problemática de la tecnología. Yo lo logro ver y lo confirmo en la vida en el colegio con los alumnos, es una cosa que me aterra un poco. (Risas)

La naturaleza esta presente en tus primeros cuadros (años 90 – Cantiles) ¿Por qué?
Si  haces un recuento desde mi primer trabajo hasta el último, te darás cuenta que al inicio, en el trabajo de los cantiles, eran pinturas netamente abstractas. Jugaba con la  composición y la textura, una forma de recrear ciertos abismo imaginarios y metafóricos. Además, se puede ver que la mayoría se referían a los cuatro elementos de la naturaleza. Posteriormente en la segunda fueron apareciendo troncos, piedras y un poco más de color. En la tercera hojas y en la cuarta flores. Esta aparición de elementos no ha sido adrede, sino ha habido una evolución sin darme cuenta; tal como fue la del origen y desarrollo de la tierra y naturaleza. No ha sido una obra planificada sino espontánea.


TEMAS GENERALES
En tus obras un elemento muy interesante y que permanece perenne es el uso de flores y hojas, ¿Por qué?
Para mí las flores y las hojas son seres vivos. Las utilizo con la finalidad de remplazar a la persona. Por eso empecé a emplearlas como personajes y utilizarlas como si fueran personas vivas.

Como hace referencia en el artículo del Diario “La República”, se dice que tus obras envuelven un ambiente caótico ¿El caos y el desorden son temas principales en tus cuadros? Y si es así, ¿De qué manera aporta a la composición de tus cuadros?
En el inicio, en la colección de los cantiles,  se podía observar eso. Era un tema principal pues utilizaba el concepto de abismo, por ello utilizaba los cuatro elementos de la naturaleza de una manera metafórica para recrearlo. Por ello en ese artículo se refiere a ese tema.

Se observa el uso de diferentes elementos que hacen atractiva la obra ¿Cuán importante es el simbolismo en tu obra?
Es muy importante, ya que a través del lenguaje cada artista elabora un lenguaje propio. Yo creo y elaboro mi lenguaje, de la misma manera lo hacen los demás. A través de diferentes recursos como la técnica y algunos elementos que, en mi caso, vienen a ser las flores, se crea un lenguaje y dentro de este, uno dice cosas. Esta simbología es propia, pero es uno de los elementos principales de la obra de un artista. Refiriéndome a mi trabajo en particular, la simbología es muy importante, ya que sin esta no podría expresar la soledad, el paisaje y las flores.

¿Nos puedes explicar un poco más sobre el tema de la soledad en tus obras?
Claro. En el trabajo que realicé en “… De soledad y piedras”, realicé un trabajo desprovisto de todo, ya que no dibujaba flores ni piedras como era usual. Me parece importante hablar sobre esto, porque se encuentra relacionado con el ser humano en general, es decir, no necesariamente lo que yo pueda plasmar tiene que estar relacionado conmigo sino a veces también guarda relación con cosas que yo he visto o he podido percibir de mi entorno. Incluso estuve leyendo poemas relacionados con el tema y me provocaba realizar este tipo de trabajos. Recuerdo que en esa exposición utilicé una escala de colores más bajos, más grises; todo tenía una relación con el lado solitario del ser humano.

VALORES Y ÉTICA
¿Desde hace cuanto realizas trabajos con niños y jóvenes? Y ¿Cuál es el motivo que te llevo la docencia y que satisfacción como artista te trajo trasmitir tus conocimientos a otros?
Bueno en realidad, empecé a trabajar hace dieciocho años en el Colegio Champagnat. Es ahí donde trabajo con niños y malcriados. (Risas)
Yo llegué a la docencia por casualidad, ya que yo soy artista plástica. Tengo estudios de docencia posteriores pero mi primera intención no fue dedicarme a enseñar. Lo que sucede es que como yo era pintora, realizaba una exposición y me iba de viaje. Yo terminé la carrera a los veintidós años y realicé mi primera individual un año después, eran los años noventa y estábamos en época del terrorismo, recuerdo que vendí alrededor de diecisiete cuadros considerando que no eran tan caros por ser mi primera individual. Obtuve alrededor de ocho mil dólares y con ello me fui a conocer Europa. Regresé a Lima y más o menos cuando iba por mi cuarta individual  decidí alquilar un departamento para tenerlo de estudio. Susel Paredes era la abogada del dueño del departamento. Me preguntaron para qué quería el departamento y respondí que para pintar y realizar mis trabajos con tranquilidad, fue en ese momento que ella me dijo que tenía una amiga que trabajaba en un colegio de varones, en donde necesitaban un profesor de arte. Pero no querían que sea un docente sino que sea un pintor. Entonces le di el curriculum, me llamaron y desde ese entonces me quedé hasta ahora.
Con respecto a las satisfacciones que me ha traído este trabajo, se podría decir que he aprendido un montón. He abierto un mundo paralelo que alimenta mi mundo como pintora, porque las experiencias que vivo con los niños de tercer grado de primaria son igual de enriquecedoras que las que veo con los de quinto de secundaria.  La satisfacción que me embarga cuando los alumnos captan lo que se les quiere transmitir es una situación realmente muy gratificante. Además, ellos crean sus propias técnicas al pintar, las cuales me sorprenden y me parecen ingeniosas. En esta profesión nunca se deja de aprender y ellos me lo han demostrado, ya que incluso ahora aplico alguna técnica de los chicos en mis cuadros.

En tu calidad como docente, ¿Cómo ves la importancia del arte en la vida de los adolescentes?
Hasta hace unos pocos años, el curso de arte lo han tomado como la última rueda del coche o para rellenar el horario. Yo estudie en un colegio de monjas y la profesora no sabía nada de arte. Para esto yo llevaba clases en la academia de arte de  Teresa Suárez (abuela de Pedro Suarez Vertis) y sabía más que la profesora. Recuerdo que nos enseñaban dibujo libre, yo le hacía los dibujos  a todos mis compañeros y; sin embargo, me ponía once y a los demás dieciocho. Realmente no le tomaban importancia a menos que se tenga que decorar el periódico mural o algo por el estilo. En cambio ahora este curso tiene la cantidad de horas que debe tener y eso obliga a que los profesores como yo estemos actualizándonos contantemente.

Eres reconocida en muchos países por tus obras, que ha llegado a galerías de Estados Unidos y Marruecos, ¿Cómo ves a los artistas plásticos dentro de la cultura peruana? O ¿Cómo te gustaría que sea?
En esta época, se le está dando mucha importancia al arte en general. Hace dos décadas, la pintura tuvo mucha importancia, recuerdo que habían diferentes concursos realizados por diferentes empresas. Pero esto que hubo hace veinte años disminuyó por las políticas de gobierno existentes. La gente ya no va al teatro, no va al cine y mucho menos va a gastar en una pintura; cuando en lugar de eso pueden colgar en su pared un afiche o la foto de su hijo. Una obra de arte de galería la compra una persona que tiene dinero, ya que tienen las seguridad que esta obra es única y original, he ahí el porqué de su valor. Po ejemplo, el teatro está trayendo un alcance impresionante y depende de la capacidad económica que tenga la población en ese momento, si la economía baja obviamente las obras de arte bajan. Ahora el arte está un poco bajo porque nadie quiere invertir en cuadros de galería. Tengo la certeza que si hago una muestra no me voy a poder ir a Europa como la primera vez.
Me gustaría que haya más galerías de arte, porque muchas han cerrado, y las pocas que existen son “argolleras” y no trabajan con todos los artistas.

¿Que le aconsejarías a los nuevos pintores independientes?
Pienso que un artista debe ser autentico y honesto; decir las cosas que uno realmente sienta y no adueñarse de ideas de otros. Si es así, no hay pierde. Pero en este medio, como en cualquier otro, siempre habrá gente que te apuñala por la espalda, dímelo a mí. Entonces les diría que no tengan miedo, que sean fieles a su arte, su manera de expresarse, y a sus principios, es lo más importante.


miércoles, 25 de febrero de 2015













Presentación

Espacio digital para  difundir y promocionar  cuadros en las distintas técnicas modernas y contemporáneas. Dentro del grupo de artistas se encuentra Juan Milla, Enrico Díaz, Rocío Hernando,  Katia Landauro.

























ALGO SOBRE EL ARTE ABSTRACTO...
En 1921, cuando la paternidad de la abstracción comenzaba a disputarse, Kandinsky se autoproclamó autor del primer cuadro no figurativo. ¿Estaba en lo cierto el pintor ruso?

Casi todos los historiadores de arte han coincidido en definir la abstracción como una tendencia artística moderna que nace en Europa y que se forma como movimiento de 1910 a 1915. Hasta ahí bien. No obstante, el asunto no ha tenido una respuesta tan unánime a la hora de establecer quién rompió por primera vez con el arte figurativo.

Para resolver esta cuestión suenan muchos nombres: Mondrian, Malevich, Kupka,… Pero, sin duda, uno lo hace con fuerza ganadora: Wassily Kandinsky(Moscú, 1866- Neuilly- sur- Seine, 1944). Por mayoría, se le ha atribuido ser el creador de la primera pintura abstracta de la historia. Una pequeña acuarela de tinta china y mina de plomo, Sin título, conocida, también, como Primera acuarela abstracta, que se conserva en el Centro Georges Pompidou de París y que el artista pintó hacia 1910. Evidentemente, la importancia de Kandinsky dentro de la abstracción supera con creces esta circunstancia, siendo el principal protagonista en dotar de conciencia y teoría a esta corriente. Estos datos pondrían fin a la discusión sobre el origen de la abstracción, ¿o no?



Según el propio Kandinsky, la abstracción remite al artista a componer una expresión subjetiva y libre a través de colores y formas. Y justamente eso era lo que ya venía haciendo años antes que él, alrededor de 1906, una desconocida pintora sueca, Hilma af Klint (Estocolmo, 1862- 1944). Quien antes de que finalizara 1915 había creado ya doscientas composiciones abstractas. La mayoría, geométricas, llenas de simbolismo, de colores muy vivos y de gran formato. Estas obras resultaron de sus experiencias relacionadas con el espiritismo y la teosofía. En ellas, buscaba representar una realidad más allá de lo visible y conectar lo material con lo espiritual. Asimismo, dejó 125 cuadernos que recogen estudios y análisis sobre su proceso creativo.

Hilma af Klint
Hilma af Klint
El trabajo de Hilma había pasado desapercibido hasta hace algunos años, cuando finalmente su valor se destapó. Tuvo cierto reconocimiento por sus retratos y paisajes naturalistas mientras vivió, pero su producción abstracta nunca fue expuesta ni mostrada fuera de su entorno más íntimo. Creía que no iba a ser entendida y, por ello, también, pidió en su testamento que no se exhibiera hasta veinte años después de su muerte. Además, parte de su familia, profundamente religiosa, no habría compartido ni apreciado el contenido esotérico de algunos de sus cuadros y habría optado por ocultarlos en un depósito, donde permanecieronolvidados durante décadas.
Entonces, ¿Wassily Kandinsky o Hilma af Klint? Quizás lo importante no sea determinar quién creó la primera obra abstracta, sino sacudir de vez en cuando la historia para descubrir aquello que había pasado de largo.